los meniscos
Nuestra rodilla tiene dos meniscos en forma de semi-luna: El LATERAL más pequeño y muy móvil y más parecido a una “O” y el MEDIAL más grande y con forma de “C”, menos móvil. Están localizados sobre la superficie articular de la tibia, anclados a ella por sus raíces anterior y posterior y a los tejidos blandos circundantes, mejorando la congruencia con los cóndilos redondeados del fémur.
Están formados por fibrocartílago rico en fibras de colágeno dispuestas en forma organizada para soportar fuerzas de tensión y compresión, distribuyendo la carga de forma uniforme haciendo que los meniscos se conviertan en los “AMORTIGUADORES” de la rodilla.
Si los cortamos tienen forma de pirámide con un borde grueso muy vascularizado unido a la cápsula de la articulación y un extremo muy delgado o borde libre localizado hacia el centro de la rodilla, avascular. Este concepto es muy importante porque nos permite comprender porque las lesiones del borde libre no son reparables.



Hace muchos años se creía que eran remanentes de unos músculos articulares y que no tenían una función específica; así, cuando se presentaba una lesión el tratamiento consistía en extraerlos por completo, con los años estos pacientes desarrollaron una grave artrosis de la rodilla. Hoy en día sabemos que tienen funciones muy importantes como mejorar la congruencia entre fémur y tibia, distribuir la carga que recibe el cartílago de forma simétrica, participan en la nutrición del cartílago ayudando a lubricar la articulación y distribuir el líquido sinovial y contribuyen con la estabilidad de la rodilla.
Las lesiones meniscales pueden presentarse en dos etapas de la vida: En pacientes jóvenes producto de un trauma importante y usualmente asociadas a lesiones de ligamentos como el cruzado anterior; y en personas mayores secundarias a traumas mínimos o muchas veces espontáneas, donde por envejecimiento del tejido que los conforman pueden romperse causando síntomas importantes como bloqueos, traquidos, dolor e inflamación.
Los principales síntomas de una lesión meniscal son
- Dolor medial o lateral
- Inflamación articular
- Imposibilidad de hacer cuclillas o doblar la rodilla completo
- Imposibilidad para extender completamente la rodilla (Bloqueo articular)
Las rupturas tienen diferentes patrones y según su complejidad y localización pueden o no ser reparables.
Si quieres leer un poco más sobre las lesiones de los meniscos consulta mi BLOG.
- Rupturas traumáticas de los meniscos
- Lesiones degenerativas de los meniscos
- Menisco discoideo