ligamentos y tendones
Los ligamentos y tendones pertenecen a la misma familia biológica: Están constituidos por tejido conectivo denso, llamado así por su abundancia en fibras de colágeno grueso organizados en cilindros u hojas paralelas y la poca presencia de células como fibroblastos. Este tipo de organización le permite soportar grandes fuerzas de tensión.
La diferencia fundamental entre ellos radica en que los tendones unen los músculos a los huesos, mientras que los ligamentos unen dos huesos.
Los tendones unen los músculos con los huesos. En la rodilla encontramos tres tendones:
- El tendón CUADRICIPITAL que une los cuatro vientres del músculo cuádriceps al polo superior de la rótula
- El tendón ROTULIANO o PATELAR que es la continuación del tendón cuadricipital uniendo el polo inferior de la rótula con la tibia.
- El tendón del músculo POPLÍTEO ubicado en la parte posterior de la rodilla fácilmente visualizado durante la artroscopia a nivel del compartimento externo en el hiato del poplíteo.
Los ligamentos son los encargados de unir los dos extremos de los huesos que forman la articulación, dándole estabilidad. En la rodilla encontramos, a grandes rasgos, dos ligamentos centrales y dos complejos ligamentosos colaterales
- Los ligamentos centrales o cruzados nacen en la tibia y se insertan en el fémur. Existe uno ANTERIOR y otro POSTERIOR.
- El ligamento colateral LATERAL o externo
- El ligamento colateral MEDIAL o interno
El ligamento cruzado anterior o LCA evita que la tibia se desplace de manera anormal hacia delante y a su vez resiste la rotación interna de la tibia. Ubicado en el centro de la rodilla, se origina en la eminencia intercondílea anterior de la tibia y se inserta en el cóndilo femoral externo. Es llamado así por el aspecto que tiene respecto al ligamento cruzado posterior y su inserción en la por delante en la tibia proximal. Es un ligamento con escasa vascularidad y por tanto con bajo poder de cicatrización cuando se lesiona. Tiene una longitud aproximada entre 31 a 38 mm de longitud y un diámetro central de 10 a 12 mm. Posee su propia capa sinovial, recibe nutrientes gracias a la arteria geniculada media y al líquido sinovial de la rodilla, sus fibras contienen mecano-receptores que contribuyen a la propiocepción y escasa o nula cantidad de fibras de dolor.
El ligamento cruzado posterior o LCP evita que la tibia se desplace de manera anormal hacia atrás. Nace en la parte posterior de la tibia y se inserta en el cóndilo medial del fémur, cruzando la línea media. Es un ligamento mucho más grande y fuerte que el cruzado anterior y con una mejor irrigación y por tanto mejores posibilidades de cicatrización cuando se lesiona. Posee también mecano-receptores que contribuyen a la propiocepción de la rodilla.
El ligamento colateral medial es el principal restrictor de las fuerzas en valgo de la rodilla, es decir se opone a que la rodilla se abra de manera anormal cuando es sometida a una fuerza aplicada en la parte externa de la misma. Se asocia con otras estructuras anatómicas como el músculo sartorio, el tendón del músculo semimembranoso y la cápsula articular posterior y medial para dar estabilidad a la cara interna y posterointerna de la rodilla.
El ligamento colateral externo o lateral es el principal restrictor de las fuerzas en varo de la rodilla, es decir se opone a que la rodilla se abra de manera anormal cuando es sometida a una fuerza aplicada en la parte interna de la misma. Se asocia con otros elementos anatómicos ubicados en la esquina posterior y lateral como la banda iliotibial, el bíceps femoral, el tendón del poplíteo, los ligamentos arcuato y poplíteofibular y la cápsula articular para ayudar a desbloquear la rodilla en flexión y producir rotación interna, mientras que de manera secundaria previene la rotación externa excesiva de la misma.
Las lesiones ligamentarias de la rodilla son patologías muy frecuentes, usualmente secundarias a traumatismos de alta energía. Pueden presentarse como una lesión deportiva o por un accidente de tránsito, lesión cada vez más frecuente en nuestro medio. Muchas de estas lesiones deben tratarse de forma quirúrgica, especialmente si se asocian a lesiones de otros ligamentos o estructuras de la rodilla como meniscos o cartílago. Algunas otras podemos manejarlas de forma conservadora.
Si quieres leer un poco más sobre las lesiones de los ligamentos de la rodilla consulta mi BLOG.
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