cirugía conservadora

Factores de riesgo cada vez más comunes como la obesidad o el trauma han hecho que la enfermedad del cartílago o ARTROSIS, en los pacientes jóvenes sea un motivo de consulta usual. Las expectativas, la actividad física y laboral son altas y por tanto los tratamientos disponibles deben ajustarse a cada paciente, buscando mejorar la calidad de vida.

Hoy en día encontramos múltiples tratamientos “CONSERVADORES” que aunque implican cirugías, buscan “comprarle tiempo a la rodilla”, antes de una Artroplastia o prótesis articular definitiva. En general son procedimientos que buscan aliviar síntomas, principalmente dolor, mejorando el funcionamiento y posiblemente la sobrevida de la articulación. Por supuesto cada uno tiene sus indicaciones, no están exentos de posibles complicaciones y su elección debe ser el resultado de un análisis juicioso y realista entre el médico y el paciente.

Dentro de los procedimientos conservadores encontramos:

Ante la presencia de lesiones meniscales o condrales degenerativas, que causan síntomas mecánicos como bloqueos articulares y cuando el manejo conservador ha fallado puede recurrirse a la artroscopia con el fin de extrae cuerpos libres, quitar fragmentos de cartílago que producen bloqueos o remodelar meniscos rotos.

Aunque en la mayoría de los casos hay mejoría de los síntomas con tratamiento médico como terapia física, modificación de la actividad, control del peso y analgésicos; en un pequeño porcentaje de pacientes el dolor puede persistir haciendo que se recurra a cirugías que buscan optimizar la biomecánica de la rótula, disminuyendo las presiones sobre ésta y si es el caso corrigiendo su alineación.  Existen múltiples técnicas quirúrgicas y por tanto la elección de la misma debe ajustarse a cada caso en particular.  

La artrosis del compartimento medial en personas jóvenes y activas es una indicación de osteotomía en la tibia. El objetivo es modificar la alineación de la rodilla por medio de cortes óseos controlados y estabilizados con placas y tornillos para distribuir mejor la carga mecánica, permitiendo que las demás zonas de la rodilla trabajen, aliviando el dolor del compartimento enfermo.  El candidato ideal es un paciente joven sin sobrepeso, no fumador, con un compartimento lateral sano, con buen rango de movilidad y sin inestabilidad ligamentaria.

La artrosis del compartimento externo de la rodilla causa una deformidad en valgo de la rodilla (rodillas muy juntas) que aunque es mejor tolerada y produce de forma más tardía cambios degenerativos, en ocasiones debe corregirse con osteotomías a nivel del fémur distal.

Idealmente debe ser un paciente joven, menor de 55 años, activo, no fumador, sin sobrepeso, con buen arco de movilidad y con enfermedad limitada al compartimento externo de la rodilla.

Existen diferentes tipos de técnicas quirúrgicas: Puede realizarse una OSTEOTOMÍA EXTERNA DE APERTURA o bien una OSTEOTOMÍA INTERNA DE CIERRE, en ambos casos es necesario el uso de material de osteosíntesis (placas y tornillos) con el fin de estabilizar y mantener los cortes óseos.

Dependiendo del tipo de técnica empleada puede ser más prolongado el tiempo de curación, requerir un mayor tiempo incapacidad y uso de muletas.

Cuando aparecen lesiones del cartílago en una zona bien delimitada y pequeña es posible usar injertos de cartílago propios, obtenidos de la misma rodilla o sustancias que inducen a la cicatrización del cartílago, y aunque el tejido obtenido no es exactamente igual al cartílago original, permite mejorar el dolor y la función, ayudando a recuperar la calidad de vida.